Berenice Abbott, un lobo solitario de la fotografía artística.
arte,  fotografía,  Pioneras. Mujeres artistas.

Berenice Abbott, un lobo solitario de la fotografía artística.

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Berenice Abbott (1898 – 1991) fue una fotógrafa estadounidense de género documental. Partió del movimiento llamado  fotografía directa para desarrollar su carrera artística.

La Fotografía directa fue un movimiento en el que se reivindicaba la fotografía como medio artístico. Los fotógrafos que siguieron esta nueva tendencia, como fue el caso de Berenice Abbott, capturaban imágenes en exteriores con breves tiempos de exposición y permitían que sus modelos posasen por sí mismos, sin forzadas posturas, de una manera natural, a diferencia de los forzados posados de la fotografía pictorialista.

Berenice Abbott, un lobo solitario de la fotografía artística.
Imagen de uno de sus últimos proyectos sobre el Rio Maine.

Berenice Abbott, ya llevaba la modernidad y la transgresión implícita en su persona desde que nació, aunque nació en el Ohio rural de 1898, totalmente contrario al ambiente cosmopolita de las grandes ciudades.

Cuando contaba más de 90 años, la fotógrafa Berenice Abbott hablaba así de ella misma.

“Lo último que quiere la gente son mujeres independientes”. “Tantas mujeres han tenido que renunciar a sí mismas para cuidar de su familia, su marido, sus hijos…Para mí el trabajo es lo más importante de mi vida. Siempre he sido un lobo solitario”.

Berenice Abbott es conocida por sus retratos de intelectuales, artistas y mecenas, priorizando a las mujeres, en el París de los años 20 ​ y fotografías de personalidades de la cultura y de arquitectura y vida urbana de la ciudad de Nueva York en la década de 1930.

Berenice Abbott, un lobo solitario de la fotografía artística.
Berenice Abbott

Berenice Abbott fue hija de padres divorciados y criada en exclusiva por su madre. ​ En la Universidad estatal de Ohio comenzó a estudiar Periodismo. Tras un año, la universidad se quedó pequeña para sus necesidades de aprendizaje y aspiraciones. Antes que la fotografía, había manifestado un gran interés por las Letras, las Arte y la Escultura.

Con 18 años se muda al barrio de Greenwich Village de Nueva York. Este cambio representa entrar en contacto con un estimulante ambiente intelectual. Aquí conoce a Djuna Barnes, una escritora estadounidense rebelde, abierta a cualquier experiencia nueva y transgresora de la moral burguesa, de la política y de las convenciones artísticas; Thelma Wood, otra escritora y escultura; Elsa von Freytag-Loringhoven, baronesa y artista dadaísta de la vanguardia; Edna St. Vincent Millay, poeta y dramaturga y a  Margaret Anderson y Jane Heap, ambas editoras de la revista Litlle Review.

Berenice Abbott, un lobo solitario de la fotografía artística.
Djuna Barnes retratada por Berenice.

También conoció a Marcel Duchamp, quien exaltó el valor lo fugaz y lo contemporáneo en el arte, participando en diversas publicaciones dadaístas.

Entre 1919 y 1921, para mantenerse económicamente mientras estudiaba escultura, Berenice Abbott, trabajó como modelo de artistas, posando para los fotógrafos Nikolas Muray y Man Ray.

Entre 1923 y 1926, trabaja con Man Ray, que la animó a emprender un camino en la fotografía. Y aquí es donde descubrió su verdadera vocación de por vida: la fotografía.

Man Ray fue un artista que realizó grandes contribuciones a los movimientos dadaísta y surrealista, ademas de su fotografía avant-garde, con imágenes experimentales e innovadoras.

Estando en la capital francesa “Realizaba un retrato al día, con 5 o 6 negativos”, cuenta Berenice en el documental dedicado a ella. “Si quieres mostrar a las personas, tienes que implicarte con ellas”.“hacer un buen retrato es agotador, pues has de mirar muy dentro de ti y del retratado para sacar algo bueno, algo distinto, algo que exprese bien a quien está posando.»

Y cuenta el caso de un compañero de profesión que en una ocasión le dijo que tiraba cientos de disparos en un día para retratar a alguien, y que ella le contestó con sorna: “¿y te salió alguno bueno?”.

En 1925, Berenice Abbott había instalado su propio estudio de fotografía: comenzó haciendo retratos de artistas, escritores y coleccionistas, tanto franceses como expatriados.

Retrató a mujeres, que como ella, estaban dispuestas a vivir al margen de las convenciones de la época. Las nuevas mujeres, dispuestas a vivir al margen de las convenciones para salvaguardar su libertad.

Berenice Abbott, un lobo solitario de la fotografía artística.
James Joyce

Berenice Abbott realizó su primera exposición en 1926, exponiendo gran parte de los retratos que había hecho.

Berenice Abbott, un lobo solitario de la fotografía artística.
Janet Flanner
Berenice Abbott, un lobo solitario de la fotografía artística.
Peggy Guggenheim

En esta época había conocido la obra del fotógrafo Eugène Atget, conocido por sus imágenes de arquitectura y escenas callejeras de París a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Abbott quedó fascinada por su realismo y frescura, lo que ella llamaba su «realismo sin adorno». En 1927, lo retrató, antes de que falleciera.

Berenice Abbott, un lobo solitario de la fotografía artística.
Eugene Atget retratado por Berenice Abbott

En 1928, Berenice Abbott compró gran parte del legado del fotógrafo y se dedicó a promocionar su obra. En 1930 se publicó el libro «Atget, fotografo de París», del cual fue la editora de fotografía. Influida por Atget, en 1929, Berenice Abbott quería realizar un trabajo a gran escala, como el que había realizado el fotógrafo francés.

Viaja a Nueva York en 1929. De este viaje saldrá la que acabó siendo su producción más importante: la documentación fotográfica del crecimiento de esta ciudad.

Desarrolla este proyecto de forma independiente y manteniéndose económicamente dando clases de fotografía en la Nueva Escuela , hasta que, en 1935, logra financiarlo con ayuda estatal. Consigue entrar en un programa del gobierno llamado Proyecto Artístico Federal (Federal Art Project) que se puso en marcha durante la Gran Depresión, destinado a artistas y trabajadores que no tenían empleo.

Berenice Abbott, un lobo solitario de la fotografía artística.

Las imágenes, publicadas bajo el título de Changing New York en 1939, son reflejo de la genial habilidad de la fotógrafa en percibir las posibilidades infinitas que ofrece la ciudad para retratar la modernidad de los nuevos tiempos.

Berenice Abbott, un lobo solitario de la fotografía artística.

Durante los años 1930 fotografió los barrios, la cultura urbana diaria y la arquitectura en vías de transformación, antes de que fueran remodelados bajo las nuevas construcciones que estaba ocurriendo en la ciudad. Fotografió, sobre todo, los gigantescos rascacielos y puentes que comenzaban a emerger.

«debía estar para captar la locura de Nueva York…su ritmo tan rápido.. Tengo que quedarme en Nueva York, documentar su extraordinario cambio de los años 30”. Registrar lo nuevo que emerge y lo viejo que aún permanece….

Berenice abbott

Berenice Abbott imaginaba la foto y después llegaba hasta lugares donde otros no se atrevían para conseguirla. Hizo, incluso, acrobacias para tomar algunas de las imágenes de la arquitectura neoyorquina. No dejó de lado la parte más oscura y pobre de la ciudad: retrató a los sin techo y los barrios más marginales, lo que rompía con los convencionalismos de la época. Esto la hacia visitar lugares no muy recomendados. Como ella decía…

“No soy una chica decente. Soy fotógrafa y voy a cualquier sitio” Berenice Abbott

Fue sobre todo una mujer libre, que siempre supo lo qué quería conseguir. Rompió convencionalismos tanto en su vida personal como en su obra. Le entusiasmaba lo que hacia.

Lo fantástico y lo inesperado, lo que cambia y se renueva eternamente, no encuentra mejor ejemplo que en la misma vida real.

La Fotografía en la encrucijada. 1951 B.Abbott

En 1935, se traslada a Greenwich Village con la crítica de arte Elizabeth McCausland, su compañera sentimental, con quien vivió hasta la muerte de McCausland, en 1965.

Berenice Abbott se mudó de forma permanente a una casa en Maine, EE.UU, donde residió hasta su muerte, en 1991. Su último libro de fotografías fue A Portrait of Maine (1968).

Berenice Abbott, un lobo solitario de la fotografía artística.

Hacer el retrato de una ciudad es el trabajo de una vida y ninguna foto es suficiente, porque la ciudad está cambiando siempre. Todo lo que hay en la ciudad es parte de su historia: su cuerpo físico de ladrillo, piedra, acero, vidrio, madera, como su sangre vital de hombres y mujeres que viven y respiran. Las calles, los paisajes, la tragedia, la comedia, la pobreza, la riqueza.

B. Abbott

En 1970 tuvo lugar la primera gran retrospectiva de su obra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Berenice Abbott, desarrolló una faceta como inventora y muy cercana a la ciencia. Inventó un proceso de iluminación especial que llamó «fotografía con imágenes proyectadas» y patentó equipamiento fotográfico. Desarrolló, también, un nuevo tipo de cámara, la supersight cámara, que funciona de manera opuesta a la cámara oscura. 

Gracias a esos avances, colaboró en un proyecto de fotografías científicas entre 1958 y 1960 con el  MIT, con el objetivo de hacer un libro escolar para mejorar la enseñanza de física en las escuelas.​ En 2012 parte de ese trabajo se expuso en el museo del MIT en Massachusetts.

Berenice Abbott, un lobo solitario de la fotografía artística.

Otro proyecto de documentación que realizó fue fotografiar la ruta nacional 1, junto con los pueblos pequeños y la cultura del automóvil que se desarrollaba alrededor.

Berenice Abbott fue una de las fotógrafas más polifacéticas de la historia. Retrató a sujetos de estudio, fotografió los rascacielos de Nueva York e ilustrar con fotografías las leyes fundamentales de la Física.

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