Joaquín Sorolla, cuando la fotografía se convierten en un lienzo.
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Joaquín Sorolla, cuando la fotografía se convierte en un lienzo.

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En 1838 fue presentado y reconocido, con apoyo del Estado francés, el primer daguerrotipo que mostraba una vista del Boulevard du Temple de París. Desde entonces, nada volvió a ser igual en el terreno de la pintura. La forma de pintar, como antaño, llega a su final y se abre todo un mundo de posibilidades creativas.

Cuando no existía la fotografía, los artistas, que veían todo en movimiento, no percibían todos los detalles de la escena. Incluso, si querían pintar a una persona, ésta debía permanecer quieta, a pesar de los cambios de la luz y las sombras que se producían por el paso de las horas y días.

La llegada de la fotografía permitió plasmar a través de una instantánea todo el detalle de una escena y los artistas la utilizaron cada vez mas como fuente para sus creaciones en lienzo. Y los fotógrafos, por su parte, no fueron los enemigos de los pintores. Mas bien, todo lo contrario. Fotógrafos pioneros como Daguerre fueron inicialmente pintores o dibujantes. Y, a su vez, muchos pintores terminaron siendo fotógrafos retratistas para poder sobrevivir.

Los fotógrafos querían ser pintores convirtiendo su fotografía en su lienzo personalizado y hacer fotografías como si de cuadros se trataran. A su vez los pintores adoptaron estrategias fotográficas, como es el caso del pintor Joaquín Sorolla para crear sus pinturas.

Joaquín Sorolla, cuando la fotografía se convierten en un lienzo.
Paseo a orillas del mar. Joaquín Sorolla. Los instantes tan espontáneos de esta obra, con los niños corriendo y saltando, se perderían si alguien no las hubiera fotografiado para luego pasarlas al lienzo.

A través de la fotografía ya se puede inmortalizar todo: la familia, los viajes, un paisaje. Porque la magia de la fotografía llega a cada casa convertida en un lienzo o, actualmente, en cualquier otro objeto perdurable al paso del tiempo.

Joaquín Sorolla, cuando la fotografía se convierten en un lienzo.
Joaquín Sorolla en 1908, fotografiado por Gertrude Käsebier. La invención de la fotografía también permitió emplear las fotos como elemento decorativo. En la actualidad MIARTE te permite crear cualquier foto en un lienzo y personalizar tu espacio.


Joaquín Sorolla, cuando la fotografía se convierten en un lienzo.
El balandrito. Sorolla. La obra muestra a un niño que juega con su barquito en la orilla. En la obra resulta tan importante el niño como el reflejo de ambos en las ondas del agua. El pintor coloca el reflejo del niño y el barquito en el lugar que, según la composición clásica, sería el privilegiado, es decir, en el centro, adquiriendo la mayor atención por parte del espectador, mientras que el niño queda desplazado a la parte superior del lienzo. Se trata del encuadre selectivo, técnica fotográfica que ya había utilizado, también, Degas.

El mejor aliado de Sorolla fue trabajar en el taller fotográfico del que, después se convertiría en su suegro, Antonio García. Fue su mentor y le enseñó a retocar y colorear fotografías tomadas por él. Desde este momento algo de la técnica de la pintura pasó a la fotografía y mucho más, al contrario.

El pintor no ocultaba su procedimiento y el ayudarse de la fotografía, no restaba valor a su trabajo, como algunos le criticaron en su momento. Más bien, su inteligencia le llevó a aprovechar un adelanto tecnológico para su propósito artístico. Pronto se dio cuenta de las posibilidades que tenía este nuevo medio.

Joaquín Sorolla, cuando la fotografía se convierten en un lienzo.
Pescadora con su hijo. Sorolla. La visión fotográfica es total en este caso, en el que la sombra de la mujer que carga al niño en brazos ocupa el centro de la composición, mientras que a ella y al bebé los descoloca a la derecha.

Pero, Antonio García, no sólo acercó a Sorolla al mundo de la fotografía. Influyó en el carácter progresista y renovador del artista, al incluirlo en las tertulias políticas y culturales que se desarrollaban en la ciudad de Valencia y presentándole como su protegido.

Sorolla perseguirá la realidad en sus obras. Pero, el pintor era un tanto torpe a la hora de la utilización de la cámara de fotos y será Joaquín, su hijo, el que se especializará en el manejo y revelado de las fotografías. No solo tomará las fotografías previas a la realización de las obras que su padre pintaba, sino también fotos del propio artista pintando al aire libre o en el estudio.

Del mismo modo que Degas y otros impresionistas se dejarán seducir por las bondades del nuevo instrumento, Sorolla adoptará la práctica fotográfica sin dudarlo. Al pintor no le fue ajena la técnica de los Impresionistas a los que llevaba estudiando desde su juventud.

La temática de gran parte de sus cuadros, retazos de esa vida cotidiana al sol en la naturaleza, podría considerarse el punto de partida de su relación con la fotografía. Sorolla prioriza, en su obra, mostrar el tiempo y no tanto el espacio.

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Mi familia. Joaquín Sorolla. Este cuadro es una copia modificada de una fotografía realizada por Don Antonio García Peris. Sorolla modifica el mobiliario que aparece en la foto y sustituye la pared decorada del fondo por el espejo en el que aparece reflejado.

De ahí, la importancia del valor de la fotografía, porque sólo a través de ella se puede inmortalizar un momento de forma precisa. Después Sorolla se encarga de traducir la imagen al código pictórico, en forma de dibujos, estudios y esbozos primero y magnificada después en forma de óleo sobre lienzo.

Porque, para Sorolla, aunque esa realidad que se presenta en una imagen tomada en un instante preciso sea irrepetible, no significa para Sorolla que tenga que presentarse tal cual, sino que se puede eliminar lo que no interese.

Joaquín Sorolla, cuando la fotografía se convierten en un lienzo.
En Estudio para el baño, se muestra una mujer con un bebé desnudo en los brazos. Por la parte izquierda del cuadro aparece un brazo que sujeta una toalla blanca hinchada por el viento y que se dispone a envolver al bebé. Parece claro que ese brazo pertenece a una segunda persona que no está presente en el lienzo de forma completa. Se trata del encuadre fuera de plano, propio de la fotografía y el cine. La persona está, pero fuera de plano. Sorolla, de esta manera, dota de valor al espacio que no vemos.

Joaquín Sorolla, cuando la fotografía se convierten en un lienzo.
Muchacho a orillas del mar es un ejemplo del punto de vista picado. El reflejo del cuerpo del niño en la ola nos permite saber que la fotografía está tomada por alguien que se encuentra de pie delante del niño. Al fotógrafo no le interesa un punto de vista formal y toma la foto desde arriba, en un acto de total naturalidad y espontaneidad. Si se hubiera mantenido un punto de vista clásico, el fotógrafo se hubiera agachado para tomar la imagen del niño de modo frontal.


Sorolla es considerado uno de los artistas que mejor supieron captar sus cambios, su poder modificador y su influencia sobre personas, objetos y paisajes. La luz blanca mediterránea bañará la obra de Sorolla y a través de sus lienzos es posible apreciarla de forma visual e incluso notar la calidez con la que baña a los cuerpos en la playa.

La bata rosa. Sorolla. Se trata de una escena de interior en la que la luz adquiere un papel muy importante.

La escena nos muestra a dos mujeres. Una de ellas ayuda a la otra a desvestirse mientras que a través de las rendijas de la puerta se cuela la luz solar que se posa sobre los cuerpos, el suelo y las paredes. La cortina blanca movida por la brisa dota de mayor luminosidad al interior de la estancia.

La escena es íntima, así que el fotógrafo pintor se convierte en una especie intruso que retrata una escena íntima. En cierta manera, la fotografía tiene ese carácter de indiscreción e incluso de voyeurismo.

Joaquín Sorolla, cuando la fotografía se convierten en un lienzo.
Saltando a la comba. Esta obra de Sorolla muestra a la hija pequeña del pintor, Elena salta a la comba. La fugacidad del salto sucede en tan poco espacio de tiempo que la pintura, por sí sola, no es capaz de captar ese momento si no es a través de la imaginación. Pero la cámara fotográfica si consigue una imagen nítida y precisa. De esta manera la fotografía capta el instante y la pintura lo define para hacerlo accesible al ojo

En 1911, Archer Milton Hungtinton encargó a Sorolla la realización de una serie de cuadros para decorar la biblioteca de la Hispanic Society of America en Nueva York. La premisa es que las obras debían mostrar la realidad española, por zonas y mostrando lo más representativo. Sorolla acepta el encargo y pasa un año viajando y documentandose. Realizará fotografías de carácter documental que le sirvan de modelo para sus cuadros en el estudio.

Tipos de lagartera. Sorolla.

Sorolla fue también el pintor que dibujo una cámara de fotos para aficionados, la popular Kodak Brownie.

Instantánea. Joaquín Sorolla . En la obra se ve a una mujer sentada sobre la arena de la playa y sujetando en sus manos una cámara Kodak “Folding Pocket Nº 0”, la cámara de bolsillo más pequeña que existía en esos momentos, comercializada en 1902 y todo un lujo para la época.

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Me llamo Yolanda. Soy Licenciada en Historia Contemporánea y en ocasiones trabajo en el sector de los Museos como Auxiliar de sala e Informadora. Pienso que el aprendizaje continuo es una virtud que debemos conservar y compartir. Si te atrae el arte, ARTEyalgomas.com es tu canal. Bienvenid@!

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