
Cuando la fotografía cambió el mundo del arte.
La discusión acerca del estatus de la fotografía como arte surgió desde el momento de su invención. Durante el siglo XIX el papel de la fotografía es de soporte científico, sin tener ninguna posibilidad de ser considerada como una obra de arte. Sin embargo, desde el surgimiento de los primeros daguerrotipos de finales de la década de 1830 y, sobre todo, tras el descubrimiento de las técnicas de impresión fotográfica en papel, la relación de la fotografía y la pintura fue muy estrecha.

Hoy, el avance tecnológico permite hacer fotografías de forma instantánea a través de un Smartphone y, no sólo compartirlas, si no, editarlas. Surge una amplia disciplina de fotografia artística, que permite al artista demostrar un enfoque único para hacer fotos y explorar nuevas formas de comunicar sus ideas y sentimientos a través del arte de la edición y la composición. Los géneros pueden ir desde fotografía de paisaje, retratos, naturaleza muerta o imágenes abstractas.
Pero conozcamos más sobre el proceso que llegó a convertir la fotografía en arte.
La fotografía no siempre fue considerada arte. Su integración fue un proceso muy discutido que comenzó a traves de los llamados fotógrafos retratistas. El retrato fotográfico tuvo una gran acogida por el público ya que era más barato y comenzó a reemplazar al retrato pintado.
Es interesante observar cómo aquellos primeros pioneros fotógrafos ,como Daguerre, procedían del campo de la pintura y el dibujo. Y debido a la popularización del retrato fotográfico, gran cantidad de pintores, decidieron convertirse en fotógrafos retratistas para sobrevivir económicamente.

También fue el caso de pintores menos conocidos como Félix Tournachon, Gustave Le Gray y Paul Delaroche que llegaron a afirmar que la pintura llegaría a ser sustituida por la fotografía debido al nivel de detalle que esta permitía. Estos pintores fueron la primera línea de incursión de la fotografía en el medio artístico y lucharon porque la fotografía fuera considerada un arte.

Comenzó, así, a surgir la figura de un nuevo profesional, el fotógrafo, que absorbió funciones que, hasta ahora, eran propias de los pintores, como la realización de retratos, vistas de ciudades, paisajes y la ilustración de noticias y reportajes.
Surge, a lo largo de la segunda mitad del S XIX, lo que conocemos como fotografía academicista, que engloba una serie de intentos que pretenden identificar la fotografía como una disciplina artística más y que incorporan elementos propios de la pintura. Todos estos movimientos serían los antecedentes del movimiento pictorialista de finales del S XIX y principios del XX.
La fotografía academicista se ve afectada por los primeros debates acerca del estatus artístico de la fotografía. En la década de 1850 predominaban las posiciones que negaban el valor artístico de la fotografía, debido a su carácter mecánico y ausencia de sensibilidad en el proceso. Sin embargo, los fotógrafos reivindican su papel afirmando que su inspiración procede de la pintura academicista y abordan los mismos géneros, desde temas mitológicos hasta hechos históricos.

Igualmente afirman que las fotografías que realizan son laboriosas y requieren las mismas destrezas manuales que cualquier otra disciplina artística de la época.
Estos primeros fotógrafos influyeron en Manet, Degas y los jóvenes impresionistas para desarrollar su nueva forma de mirar el mundo. La fotografía le sirvió al impresionismo como fuente iconográfica e inspiración técnica en su proceso de observación de la luz y la espontaneidad.

Sin embargo, la mayor parte de los pintores apoyaban las teorías y críticas de Baudelaire en 1859, para quienes estos fotógrafos eran pintores que escondían su falta de talento en lo mecánico, carecían de creatividad y de imaginación.
Si se permite que la fotografía supla al arte en algunas de sus funciones pronto, gracias a la alianza natural que encontrará en la necedad de la multitud, lo habrá suplantado o totalmente corrompido. Es necesario, por tanto, que cumpla con su verdadero deber, que es el de ser la sirvienta de las ciencias y de las artes, pero la muy humilde sirvienta, lo mismo que la imprenta y la estenografía, que ni han creado ni suplido a la literatura.
Baudelaire (1859). Salones y otros escritos sobre arte.
El propio Eugène Delacroix afirmaba, para marcar distancias, que la intención del pintor es la única que consigue hacernos ver aquello “que jamás percibirá ningún aparato mecánico”

A mediados del siglo XIX apareció una nueva tendencia artística, el naturalismo. Esta nueva tendencia buscaba imitar la realidad y la naturaleza con un alto grado de perfección, despreciaba la subjetividad y buscaba la objetividad.
Este movimiento permitió dar a la fotografía una verdadera importancia en el arte, ya que al plasmar la realidad de forma perfecta, superaba, ampliamente, a la pintura. Por otro lado, los avances técnicos y nuevas teorías sobre la utilización de la luz del sol, dieron paso a fotografías con un sentido estético, que ayudaron a esta disciplina a acercarse al arte.

El primer movimiento de fotografía artística, el Pictorialismo, surge en 1890 en Europa. Formado por un grupo de fotógrafos que crean técnicas de manipulación en la toma y en el positivado.
Este movimiento afirma que el resultante de su uso es una obra de arte fotográfico, en cuanto requiere de manipulación por parte del autor y genera obras únicas. Los pictorialistas se aproximaron mucho a las bellas artes ya que tomaban como base de sus composiciones temas y efectos propios de la pintura, influidos por artistas como Turner, Degas, Monet y los japoneses”.
Los fotógrafos del pictorialismo se definen como artistas en la línea de las teorías del romanticismo propias del S XIX, destacando la sensibilidad e inspiración de los autores y otorgando un papel secundario a la técnica tal y como hacía la fotógrafa academicista, Julia Margaret Cameron.

El pictorialismo surgió como reacción a la fotografía de aficionados, considerada vulgar y nacida con la comercialización de la cámara fotográfica de Kodak, que basaba su sistema de revelado y copiado en un proceso, meramente, industrial.
También se contrapone a la Fotografía academicista reivindicando los valores propios de la fotografía para la realización de obras de arte, en plena igualdad con otras disciplinas artísticas. Por eso, el pictorialismo renuncia a la imitación de la pintura.
Los pictoralistas se distancian de la realidad en sus fotografías y no pretenden expresar, sólo, la reproducción de la realidad. Por ello buscan de forma deliberada el desenfoque o efecto floue en sus composiciones con una clara influencia de pintores como Turner, Whistler y el movimiento del Impresionismo.

Hacia el año 1910 el movimiento alcanzó su punto más alto y comenzó su decadencia. Tras el final de la Primera guerra mundial sus principales autores abandonan el movimiento ante el empuje del Nuevo realismo fotográfico.

La fotografía como arte, ciencia y experiencia humana ha ido evolucionando con los tiempos, sobre todo cuando la cámara fotográfica resulta un dispositivo más fácil de manejar y elementos como el enfoque han permitido trasladar la subjetividad del fotógrafo a sus fotografías.
Los movimientos vanguardistas como el cubismo, el futurismo y el expresionismo, entre otros, creían que las nuevas formas expresivas tenían mucho que aportar al arte. Convirtieron, así, a la cámara y la fotografía en un medio artístico más.

En Manhattan, Nueva York se abrió la famora Photosecession de Stiegliz que hizo que la fotografía alcanzará estatus de obra de arte e introdujo la vanguardia europea en América. Se sumaron los dadaístas y los surrealistas, quienes tuvieron gran aceptación en América y que utilizaban la fotografía como un medio de expresión plástica contra el esteticismo dominante.
arte es lo que el artista dice que es arte
Marcel Duchamp

El lenguaje artístico fotográfico evolucionó de su inicial herencia de la pintura a lenguaje visual con elementos propios basados en enfoques extremos que permiten al fotógrafo expresar su subjetividad. De esta manera la fotografía marcó su propio lenguaje como arte.
El fotógrafo, ya artista, recupera su visión singular que se ha mantenido hasta la actualidad con producciones fotográficas que son consideradas obras de arte.

Hoy en día, la fotografía artística es una disciplina, casi completamente subjetiva y la manipulación de las imágenes es una herramienta fundamental para la expresión artística. Artistas de la fotografía como Annie Leibovitz, Helmut Newton y David LaChapelle siguen formando parte de esta nueva revolución fotográfica.

La fotografía es un elemento esencial en cualquier cultura. Permite conocer cómo evoluciona la sociedad, utilizada como instrumento de investigación y documentación. Y genera emoción.
«No haces fotografía sólo con la cámara. La haces con todas las imágenes que has visto, con todos los libros que has leído, con toda la música que has escuchado, y con toda la gente a la que has amado».
Ansel Adams, fotógrafo americano.
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