Mujeres que ilustraron carteles liberadores.
El Cartelismo, la especialidad de las artes gráficas que consiste en la realización de carteles, fue el nexo de unión entre el arte y la incipiente publicidad que surge en el SXIX. A finales de siglo, el cartel logra un puesto dominante en la publicidad y en cómo reclamar la atención del público hacia los eventos que sucedían. Las mujeres utilizaron esta especialidad como medio para desarrollar sus trabajos artísticos.
El arte es, sobre todo, un estado del alma” decía Marc Chagall y como tal, transforma e inspira al público que convive con él. La publicidad no escapa a su influjo inspirador. Desde un punto de vista ortodoxo, la publicidad y el arte caminan por caminos diferentes, pero no tan distintos en cuanto a su fin. El arte no es publicidad porque su función es, principalmente, estética y la publicidad no es arte porque su objetivo es comercial. Sin embargo, si revisamos la historia, nuestra percepción puede cambiar sustancialmente.
El cartel o reclamo publicitario fue el pretexto de muchos artistas para investigar las nuevas concepciones gráficas. Se convirtió en el medio dominante de la comunicación de masa en las ciudades de Europa y América. Las calles de las grandes ciudades se transformaron en una «galería de arte de la calle» entrando de lleno en la edad moderna de la publicidad.
Como en otros géneros artísticos, encontramos pocos nombres de mujer unidos a la historia del movimiento cartelista, como ilustradoras y artistas. Más bien, hasta entonces, eran el objeto protagonista del cartel.
Sin embargo, haberlas las hay. Hasta el SXX, las mujeres habían quedado limitadas al cuidado del hogar y la familia, dadas de lado y siendo invisibles a los ojos de todos los hombres en todos los ámbitos. Eran vistas como «los ángeles del hogar».
La exclusión de las mujeres del inventario artístico oficial dio lugar a otras vías en las que la mujer podía desarrollar su arte. La apertura de academias privadas permitió a las mujeres estudiar e incorporarse a un sector en desarrollo, como era el de la prensa y el libro con ilustraciones.
El sector de la ilustración permitía a las mujeres trabajar desde sus casas, lo cual no resultaba tan invasivo para el resto de los artistas masculinos que estudiaban en academias oficiales y tenían sus propios talleres de arte.
La progresiva conquista de los derechos económicos y de voto permitieron a muchas mujeres artistas sobresalir en un campo vetado a ellas y que utilizaron, para reclamar sus derechos. Entre ellos, el campo de la Ilustración y Diseño gráfico.
Si bien, hasta ahora y en años posteriores, la mujer será el tema protagonista de los carteles, también será la artista ejecutora de muchos de ellos.
La artista francesa apodada, Madame Gironella, fue la que introdujo en 1893 una renovación total de la imagen de la mujer en las ilustraciones. Sus trabajos artísticos se hicieron famosos por mostrar mujeres atrevidas y desenvueltas, vestidas al más puro estilo parisino, adornadas con sus sombreros, collares y pulseras llevando las riendas de la situación. Mujeres empoderadas.
Hilda Dallas fue una de las primeras artistas en utilizar este nuevo medio de comunicación y soporte. Sus obras se exhibieron con la Asociación de Artistas Aliados y la Sociedad de Mujeres Artistas. Hilda se unirá al Suffrage Atelier , un grupo de artistas que utilizan el arte visual, la ilustración y el soporte del cartel para apoyar el movimiento del sufragio femenino.
Votos para mujeres.
En 1931, tiene lugar en España el I Salón de Dibujantas. Se realiza en el Lyceum Club de Madrid, fundado en 1926.
El Lyceo era un centro de reunión para todas aquellas mujeres cultas, que querían mejorar su condición de género en la sociedad y dar visibilidad a las mujeres artistas en tiempos de hombres. Posteriormente, el Lyceo será puesto al servicio de las actividades femeninas del fascismo.
La importancia de este primer salón de Dibujantas recayó en que expuso las ilustraciones y carteles de estas pioneras, en un momento, en el que en las exposiciones junto a hombres, eran tratadas con condescendencia y no como verdaderas artistas.
El semanario Blanco y Negro surgió en 1891 y contrató a varias ilustradoras que aprovecharon los propios concursos organizados por la revista para presentar sus portadas.
Igual que en Inglaterra y América, las primeras ilustradoras españolas utilizaron su arte para escapar de los estereotipos femeninos de los hombres y como altavoz para la nueva mujer liberada. Ceferina de Luque o la creadora rusa Maroussia Valero, abrieron camino a las mujeres que vendrían después.
Las dos grandes guerras mundiales y las convulsiones adyacentes seguirán facilitando el desarrollo del Cartelismo propagandístico.
Uno de los carteles mas famosos de la historia, protagonizado por una mujer fue “We can do it!” (¡Nosotras podemos hacerlo!).
Nos muestra a una mujer con mono de trabajo y pañuelo de lunares rojos mostrando el biceps como símbolo de fuerza bajo el lema. Su protagonista fue Naomi Parker Fraley.
Durante los años veinte y treinta, las cartelistas acogen la modernidad internacional influidas por el cubismo, art déco o el surrealismo.
Actualmente los creativos publicitarios no buscan solo inspiración en la historia del arte, sino que usan las obras de arte para vender los productos que anuncian. Aunque estas obras se utilizan de un modo transformado o distorsionado es cierto que la publicidad contribuye a hacer mas accesible el arte para todo el público. Qué cartel imprimirías y colgarías en tu hogar?
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