
Claude Monet y la luz. Una relación pasional muy especial.
Monet y la luz tenían una relación muy especial. Pero no fue el primero en tenerla. Uno de los primeros pintores en ser consciente de la rapidez con la que cambiaba la naturaleza fue Pierre-Henri de Valenciennes, al que se ha considerado el padre de la pintura al aire libre.
Esto sucedía, casi, cien años antes de 1874, cuando se inaugura en París la Primera Exposición Impresionista, donde Monet expuso una de sus obras más importante, “Impresión. Sol Naciente”.

En 1800, Pierre-Henri de Valenciennes escribía su manual “Élémens de perspective pratique“, en el que ya se puede leer:
“[…] todo estudio del natural debe hacerse rigurosamente en el intervalo de dos horas a lo sumo: y si se trata de un efecto de amanecer o de puesta de sol, no se debe emplear más de media hora”
P.H de valenciennes.
Valenciennes, era un pintor neoclasicista que ya recomendó a sus estudiantes de paisajes, de tradición académica, una ejecución rápida de los estudios al aire libre.
“..se trata de un ejercicio para el ojo y la mano. No hay que pintar siempre el mismo tipo de árbol; el pintor debe enfrentarse a la naturaleza, a una realidad completa con sus cambios de luz”.
Claude Monet, que ni siquiera había nacido cuando Valenciennes publicaba su libro, sin embargo, recogió esa obsesión por la luz y el instante.
Ahora, Monet llega a Madrid a través de una exposición dedicada al llamado padre del impresionismo. La exposición que podremos ver reúne más de 50 obras maestras procedentes del Musée Marmottan Monet de París. Explica toda la trayectoria artística del maestro leída a través de las piezas a las que más apego tenía el propio pintor, las «suyas», las que conservó celosamente hasta la muerte en su casa de Giverny, y de las que nunca quiso separarse, entre ellas los celebérrimos y emblemáticos Nenúfares.
Monet pasó mucho tiempo en la capital del Reino Unido estudiando las obras de los paisajistas ingleses. Conocía la obra de John Constable y Whistler. Pero fue JMW Turner el que más le influyó y encendió su imaginación.
Turner, al igual que lo sería Monet, era un pintor obsesionado por los efectos de la luz natural. En la National Gallery de Londres, Monet pudo ver en, 1871, la obra de Turner “LLuvia, humo y velocidad”.

Esta obra de Turner es excepcional, expresiva y libre y una pintura, que vista hoy en día, resulta fresca y moderna. Por ello, no es extraño que Monet quedara entusiasmado al verla.

En Londres, Monet, descubrió el smog, esa niebla londinense tan característica y que le resultaría interesante y estimulante, ya que estaba muy interesado en la difusión de la luz.
Ese mismo año, 1871, Monet pintó El Támesis a su paso por Westminster, una obra que resulta el ejemplo perfecto para explicar el concepto del Impresionismo

Por otro lado, la técnica utilizada también es moderna. Se sacrifican los detalles para crear una obra de arte unificada donde destacan la luz y la atmósfera. El cuadro está tan poco esbozado, que parece más bien un boceto, con ese paisaje poco definido que pretende despertar la imaginación del espectador.
En 1874 cuando se produjo la exposición del 15 de abril de 1874, la primera exposición impresionista, Monet presentó su obra Impresión. Sol naciente.

Sin pretenderlo, Monet le dio nombre al movimiento de los Impresionistas, a partir de una crítica demoledora sobre su obra hecha por el crítico Louis Leroy.
En su obsesión por la luz, el pintor volvía una y otra vez sobre el mismo motivo. Lo sometía a distintas luces y condiciones atmosféricas. Lo hizo a lo largo de toda su trayectoria. A finales de los años 70 lo hizo con la estación Saint-Lazare, pintando tres lienzos a distintas horas y desde diferentes puntos de vista.



Monet sentía predilección por determinados temas que le permitían captar el ambiente : escenas marinas, bosques, amaneceres y crepúsculos. Buscaba lugares que le inspiraron para plasmar en la obra lo que la visión le sugería.
Mandó construir un barco-taller con el que se mezclaba con la naturaleza y alcanzaba puntos de vista inéditos e imposibles desde la orilla. Buscaba perspectivas difíciles que le permitían plasmar composiciones poco utilizadas.

Para Monet, pintar al aire libre era un compromiso con la verdad. Era la única manera de plasmar y retener los efectos de la luz y el tiempo en el lienzo. Por ello, el pintor, liberó a la pintura de convencionalismos y rigideces academicistas. Fue el más Impresionista de los Impresionistas.

El año 1890 fue un año clave en la vida de Monet. Los viajes de trabajo se vuelven mucho más raros y llega el momento de la serie, un género pictórico conocido por su amigo Boudin, y cuya idea se impuso gradualmente con las estaciones de Saint-Lazare. En 1886 seguiría con las dos versiones de figura al aire libre de la Mujer con paraguas vuelta hacia la derecha y la Mujer con paraguas girada a la izquierda.

La manera de plasmar la realidad, casi le llevó a las puertas de la abstracción. Desdibujaba tanto los objetos, por dar protagonismo a la captura de la interacción de la luz y las formas, que toda la composición se fundía.
“Monet rompe el esquema tradicional respecto a la aplicación de color local como cualidad perteneciente a cada cosa representada. Para él, el color es una condición circunstancial –situacional se diría hoy–, reflejos emanados del interior de los objetos, que a modo de prismas reaccionan al ataque de la luz. Esto le lleva a desentenderse de los antiquísimos convencionalismos del claroscuro, a prescindir de negros y a evocar sombras mediante el juego de contrastes de pinceladas de colores complementarios, o creando tonalidades intermedias agrupando picaduras de pincel en tonos diferentes.“
Francisco J. R. Chaparro
En 1897 construyó en Giverny un segundo atelier, ya que necesitaba más espacio para su trabajo. Los años 1896 y 1897 van a ser mucho más tranquilos para Monet. Se dedicó, sobre todo, a sus jardines de Giverny y a utilizarlos como motivo de sus pinturas.

En el año 1908 llegan los primeros síntomas de la enfermedad en los ojos del pintor. Entre septiembre y diciembre de ese año estuvo junto con su esposa en Venecia, donde no solamente pintó, sino que también estudió en las iglesias y museos de la ciudad las obras de los artistas Tiziano y Paolo Veronese.

En 1915 Monet hizo construir ahí un tercer atelier en Giverny, aún más grande que los anteriores, donde pintó los nenúfares de su jardín. Las pinturas dedicadas a los nenúfares evolucionan según las transformaciones del jardín.
Monet cambió gradualmente la estética abandonando, alrededor de 1905, cualquier hito del límite al nivel del agua y por lo tanto de perspectiva. También cambió la forma y el tamaño de sus lienzos de soportes rectangulares a soportes cuadrados y luego circulares.

En 1923, Monet recupera la vista, tras una operación. Comienza a pintar nuevamente sus grandes pinturas de nenúfares, pero el proceso se ve obstaculizado por la depresión del pintor.

En sus últimos años Monet destruyó por su cuenta varias de sus pinturas, ya que no quería que obras sin terminar, bocetos y borradores formasen parte del mercado de arte. El 5 de diciembre de 1926, Monet muere en Giverny.
El pintor francés trabajó de forma obsesiva sobre los nenúfares de Giverny durante dos décadas.
Dedicó a sus nenufares mas de 200 pinturas. Monet siempre afirmó que “Mi más bella obra maestra es mi jardín”, sobre el terreno que adquirió en 1893 y que estaba lleno de flores silvestres y árboles exóticos.

Cuando en su intento de plasmar la naturaleza en su lienzo, Monet no se veía apoyado por la naturaleza cambiante, sufría de grandes pesares. En la correspondencia que mantenía con su gran amigo, el escritor y crítico Gustave Geffroy descargaba su frustración.
Querido amigo estoy desconsolado, casi desanimado y cansado hasta el punto de encontrarme un poco enfermo. No consigo nada bueno, y a pesar de su confianza me temo que todos estos esfuerzos no conduzcan a nada. ¡Jamás había tenido tan mala suerte con el tiempo! No ha habido tres días seguidos favorables, de manera que me veo obligado a hacer continuos cambios, pues todo crece y reverdece. ¡Yo que soñaba con pintar el Creuse como lo habíamos visto! En resumen, a fuerza de cambios, sigo a la naturaleza sin poder alcanzarla; y luego este río que baja, remonta, un día verde, luego amarillo, de pronto seco, y que mañana será un torrente después de la lluvia terrible que está cayendo en este momento. En fin, que me encuentro en un estado de gran agitación.
Carta de Monet, 1899
Ningún pintor del grupo fue tan puramente impresionista como Monet. El factor dominante de su obra es incorporar el nuevo modo de visión, sobre todo el carácter de la luz, mientras que la composición de grandes masas y superficies sirve únicamente para establecer cierta coherencia a la obra.
Monet fue el que con más énfasis practicó el plenairismo, es decir la práctica de la pintura al plein-air. Bajo la luz directa del sol podía observar y plasmar con pinceladas libres, los efectos de la luz sobre los objetos, los cambios, las vibraciones de esa luz. Por ello, su obra resulta especialmente vital y llena de armonías. Monet fue el Pintor del agua y de lo efímero, un maestro del color.
Todo puede deducirse de una simple afirmación que realizará el artista.
El motivo es para mí del todo secundario; lo que quiero representar es lo que existe entre el motivo y yo.
Claude Monet
Ahora, podréis disfrutar del mejor Monet en la exposición que se inaugura el 21 de septiembre.
Monet. Obras maestras del Musée Marmottan Monet, en CentroCentro (Plaza de Cibeles, 1) del 21 de septiembre de 2023 al 25 de febrero de 2024.
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Artículo actualizado el 20/09/2023

