arte,  Pioneras. Mujeres artistas.

María Moreno, la pintora realista que guió la vida de Antonio López.

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Tres años antes de estallar la Guerra Civil Española, en 1933, María Moreno nació en Madrid, en una familia liberal que tuvo que abandonar la capital para trasladarse a Valencia, dónde pasó gran parte de su infancia.

Cuando la familia regresó a Madrid, la posguerra, cruel y mísera, convirtió a María Moreno en una adolescente introvertida que se refugió en la cultura y la pintura para alejarse de la realidad.

María Moreno, la pintora realista que guió la vida de Antonio López.

Pintora sensible, introvertida y espiritual, con un complejo mundo interior. Dicen de ella, que era impresionista, misteriosa y mágica. Veía en las flores y la naturaleza, la mejor forma de capturar el alma de la vida. Ella mismo llegó a explicar

“Yo querría poner en el cuadro todo lo que quiero expresar y no puedo hacerlo con la palabra. Soy más pintora de la luz, de las formas bien colocadas. La luz que me gusta utilizar se adecua bien a ese mundo frágil, sin peso, que se confunde con la atmósfera que le rodea”.

maria moreno.

María Moreno fue una de las protagonistas de la exposición Realistas de Madrid, que se pudo ver en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza entre febrero y mayo de 2016.

La obra de la artista llegaba por primera vez al público en uno de los grandes museos de Madrid, pero demasiado tarde. Según los críticos, María Moreno es una de tantas mujeres artistas que aún está por descubrir.

María Moreno, la pintora realista que guió la vida de Antonio López.
Gran Vía II, 1990. María Moreno.

Hasta entonces la mirada única de esta artista había transcurrido en un silencio público, pero ligada a la figura de su marido, el también pintor Antonio López.

En 1954, a los 21 años, ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Allí conoció a quienes serían las personas que la acompañarían a lo largo de su vida.

Todos formarían, después, el grupo “Los realistas de Madrid”: Antonio López, Amalia Avia, Lucio Muñoz, Julio López, Esperanza Parada, Francisco López Hernández e Isabel Quintanilla.

Amalia Avia se casó con el pintor Lucio Muñoz, Esperanza Parada con el escultor Julio López, Isabel Quintanilla con el también escultor Francisco López y, María Moreno, tras licenciarse en 1960 y convertirse en profesora, con Antonio López.

María Moreno, la pintora realista que guió la vida de Antonio López.
Jardín de los frutales 1972. María Moreno.

Cuatro mujeres artistas formaban parte del grupo. Cuatro mujeres, que pese a la calidad de su obra, permanecieron en un segundo plano. Unas, dedicadas a las tareas del hogar y el cuidado de sus hijos e hijas tuvieron que dejar de pintar. Otras siguieron haciéndolo en su ámbito doméstico, como fue el caso de María Moreno.

Estas cuatro mujeres pertenecen a la primera generación de mujeres profesionales de la pintura en nuestro país. Las cuatro se casaron con artistas del mismo grupo pero lograron conquistar su propio espacio.

Rompieron moldes en su momento y doblemente, por ser mujeres artistas y por seguir la figuración cuando dominaba la abstracción.

María Moreno, la pintora realista que guió la vida de Antonio López.
Gran Vía I. 1989. María Moreno.

Y así, con estilos diferenciados, formaron parte de la renovación de la pintura española y pudieron estudiar y formarse en las mismas aulas en las que un siglo antes, las mujeres no podían entrar en clases de anatomía o composición.

Pero sobre todas ellas siempre ha quedado el lastre de la gran mujer detrás del gran hombre. Las dificultades que existían para que las mujeres pudieran compaginar éxito profesional y familiar eran reales.

Mari, como la llamaban cariñosamente en su grupo de artistas, tuvo clara la elección entre la vida o la creación. María Moreno eligió la vida, su familia y ayudar a que su marido pudiera dedicarse plenamente a su arte.

María Moreno, la pintora realista que guió la vida de Antonio López.
Azaleas rosas, 1994. María Moreno.

Un año después de casarse y en 1962 tuvo a su primera hija. La segunda llegaría tres años después. Entre embarazos, cuidados y crianzas, siguió pintando.

Los motivos de su pintura abarcan el paisaje de Madrid y La Mancha. El género del retrato se centra en las personas de su entorno. Los bodegones, jardines y flores, por las que ha sentido, siempre, especial predilección, serian su temática predilecta a partir de los años 1990.

Siempre mostrando una realidad intimista que le rodeaba. Su mundo, escenas de ámbito doméstico realizadas desde la ventana de su estudio, desde dónde observaba el jardín que ella misma cuidaba.

María Moreno, la pintora realista que guió la vida de Antonio López.
Membrilleros en Río Záncara. 1974. María Moreno.

María Moreno siempre fue gran admiradora de los maestros de la pintura y especialmente del arte clásico y de Velázquez. Su producción artística revelaba en su obra la formación academicista, pero llevada a su propio estilo y visión, llena de luz y delicadeza. Una obra amable y delicada.

«trabaja por devoción, por entrega a un oficio que le gusta. Su pensamiento es limpio. Su obra, amable, delicada, pero no blanda, sino misteriosa y sutil. No se puede decir que la influencia de Antonio haya ahogado su pintura, que mantiene la pureza de lo no contaminado».

julio lópez, pintor del grupo realistas de madrid

Desde los años setenta del siglo pasado, su obra comenzó a mostrarse y a formar parte de colecciones internacionales.

En 1973 se celebró una exposición individual de su obra en la galería Herbert Meyer-Ellinger de Frankfurt y en 1990 tuvo lugar una importante exposición en la galería Claude Bernard de París. 

Claude Bernard, el galerista parisino que había trabajado con Freud, con Bacon y con Giacometti, apostó por María Moreno con entusiasmo. En aquellos momentos quedó embelesado con su obra y la compró toda.

Años después,  Bernard quiso organizar otra exposición dedicada a la pintura de María Moreno, pero ya no fue  posible porque María ya no pintaba.

«Ella no quería exponer. Es muy púdica y no deseaba mostrar su obra. Creo que era timidez frente a la obra de Antonio, quien tuvo que convencerla para que colgara sus cuadros.

Claude bernard

A nivel individual en 1966 expuso  en la Galería Edurne “Óleos con silencio dentro”; en 1973 en Frankfurt, en la  Galería Herbert Meyer-Ellinger y en  1990 en París, en la Galería de Claude Bernard.

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Ayer, 17 de febrero, nos dejaba María Moreno. Su luz se apagó, quedando siempre unida al nombre de su marido y pintor, Antonio López.

Una mujer y artista generosa, que puso por delante a su compañero, Antonio López y su carrera. El pintor siempre la describió como «su luz» y «su guía»

María Moreno, la pintora realista que guió la vida de Antonio López.
Jardín. María Moreno.

«Vi cómo pintaba cuando nos fuimos después de casarnos a Guardamar del Segura, en Alicante, y ahí me enamoró como pintor. Tenía una gracia para pintar maravillosa. No me podía imginar que tuviera ese don tan extraordinario para pintar»

Antonio lopez.

Con esa misma admiración que sintió la primera vez que se puso a su lado a pintar, Antonio López ha seguido hablando de su mujer, María Moreno.

Los dos han sido pintores de la realidad. Han compartido temas, ideas y horas de trabajo. No han dejado de influirse mutuamente. Al lado del pintor, la artista desarrolló su particular visión, delicada y sutil como su carácter.

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