
Rosario Weiss. La artista convertida en maestra por Goya.
Durante los últimos años de vida, Francisco de Goya tuvo una joven alumna, muy aventajada, que aprendía a dibujar en su casa de Burdeos. Se trata de Rosario Weiss que, por entonces, solo contaba con siete años.
Rosario Weiss aprendía a escribir, a la par que Goya hacía dibujos, para que ella los copiara o los completara. Algunos dibujos de esta época son obras esbozadas por el maestro y repasados por la niña y otros son dibujos que Goya relizaba para que la niña los copiara y aprendiera a reproducir las letras que pintaba en ellos.

La pequeña Rosario Weiss llegó a la vida del maestro en 1820 cuando Leocadia Zorrilla, se trasladó a vivir a la casa del pintor en las afueras de Madrid, en la Quinta del Sordo.
Leocadia Zorrilla llegó junto a sus dos hijos, Rosario y Guillermo. Fue el ama de llaves entre los años 1817 y 1824. El motivo de su llegada fue la separación de su marido, el joyero judío alemán, Isidoro Weiss, con quien se había casado en 1807.
Algunos investigadores cuentan que hubo una relación amorosa entre Francisco de Goya y Leocadia, pero no existe documentación que lo certifique.

Lo que sí queda patente es que Goya la quería como si fuera su propia hija. En una carta de recomendación que Goya escribió, al banquero Joaquín María Ferrer, resaltaba las dotes de Rosario, “mi Rosario”, como la llamaba el maestro.
“Esta célebre criatura quiere aprender a pintar de miniatura, y yo también quiero, por ser el fenómeno tal vez mayor que habrá en el mundo de su edad hacer lo que hace; la acompañan cualidades muy apreciables como usted verá si me favorece en contribuir a ello; quisiera yo enviarla a París por algún tiempo, pero quisiera que usted la tuviera como si fuera hija mía ofreciéndole a usted la recompensa ya con mis obras o con mis haberes”
goya
Rosario Weiss nació en Madrid el dos de octubre de 1814. Fue la tercera hija de Leocadia Zorilla y Galarza e Isidoro Weiss. Algunas teorías apuntan a que el verdadero padre era Francisco de Goya, pero tampoco está documentado.

Rosario Weiss nació con un talento natural para el arte del dibujo y de la pintura. Morena, menuda y atractiva como la madre, Weiss fue, según Sánchez Díez,(conservador de la Fundación Lazaro galdiano) una mujer de un fuerte carácter, según ha podido comprobar en numerosos testimonios escritos de la época.
Su talento propio la llevó a ocupar un status, cerrado por entonces a las mujeres del siglo XIX. Ser artista profesional era reservado, solo para los varones, mientras que para las mujeres se trataba solo de una actividad de ocio.

Rosario creció influenciada por el talento de Goya, su primer maestro, porque también recibió formación de la mano del arquitecto Tiburcio Pérez Cuervo.
Excepcional dibujante y litógrafa, Rosario reprodujo la serie completa de Los Caprichos de Goya, mostrando su habilidad como copista , cuando solo tenía diez años. Posteriormente, esta faceta luego le serviría para ganarse la vida.
La llegada del absolutismo hizo que Goya tuviera que exiliarse a la localidad francesa de Burdeos. Rosario y su familia le siguieron y siguió recibiendo las enseñanzas del pintor.

En 1825 comenzó a estudiar en la escuela publica dirigida por el pintor Pierre Lacour, donde la enseñanza de una técnica más académica, la llevó a desarrollar un trazo mas limpio, realista y preciso.
A partir de este momento, se reveló como la gran artista que sería de la primera mitad del siglo XIX.
Tras la muerte de Goya en 1828, la familia de Rosario Weiss se enfrenta a una época de penurias económicas. En 1833, regresan a España tras decretarse una amnistía para los liberales exiliados y comienzan a recibir una pensión del gobierno francés que hace que su situación mejore. Rosario tenía entonces diecinueve años.
En Madrid comienza a trabajar como copista en El Museo del Prado.
No era fácil vivir de la pintura y mas, siendo mujer en esta época. Las copias eran la única vía de ingresos que la familia tenía y permitían a Rosario seguir progresando como artista. Copió al óleo y a lápiz las obras de los grandes maestros de estas pinacotecas por encargo de particulares adinerados.

La alta sociedad le pide retratos y las revistas de moda, figurines a lo largo de la segunda y tercera década del siglo XIX. Este fue un gran momento para la divulgación de las revistas de moda.
También realizó copias de obras de La Academia de San Fernando. Estas copias se pintaban sobre lienzos viejos que el restaurador Serafín García de la Huerta le proporcionaba. Debido a la excepcional calidad de estas obras, pudieron llegar a haber sido vendidas como originales por dicho restaurador, lo cual le provocó la prohibición de entrar en la Academia.
La copista, no obstante, continuó su carrera, ahora participando en las exposiciones organizadas por el Liceo Artístico y Literario.
La artista fue socia del Liceo Artístico y Literario de Madrid, inaugurado en 1837. Aquí presentó gran parte de su producción artística que estaba formada por retratos a lápiz, paisajes idealizados y litografías, técnica que había aprendido en Burdeos y que dio lugar a retratos de personajes de la época como Mesonero Romanos.

Su nombre alcanzó el éxito y en 1840 fue nombrada académica de mérito por la pintura de historia en San Fernando. Un hito en su carrera, ya que fue una de las pocas mujeres que alcanzaron este reconocimiento en la época.
En 1842 llegaría a la cima de su carrera cuando fue nombrada maestra de dibujo de la futura reina Isabel II y de su hermana, la infanta Luisa Fernanda.
A través de los dibujos de Isabel II y su hermana, Rosario planteó su educación en el arte a través del método tradicional de los principios del dibujo a base de repeticiones de esbozos de manos, pies y bocas. Una educación muy diferente a la que Goya le enseñó a ella misma en sus comienzos.

Un año después de haber empezado a ejercer, Rosario Weiss moría. Si seguimos el informe del médico-cirujano de la familia real, de 31 de julio de 1843, nos relata algunas circunstancias relacionadas con la imprevista muerte de la joven artista a sus veintiocho años de edad. Un ataque de cólera le provocaría la muerte prematura.
La enfermedad asaltó a Rosario Weiss cuando empezaba a gozar de estabilidad económica y reconocimiento artístico. La crítica la elogiaba, aunque la sombra de la relación con Goya, siempre planeaba sobre su persona.
En la actualidad sigue siendo una artista bastante desconocida. Muchos historiadores del arte mantienen el debate sobre un grupo de dibujos atribuidos a Goya que podrían ser de Rosario Weiss.
El Museo del Prado conserva dos de sus obras: el dibujo Retrato de una dama judía de Burdeos y la copia del lienzo Los duques de San Fernando de Quiroga.

Si te ha gustado el artículo, compártelo y colabora a expandir el Arte!Gracias👍
Suscribete a ARTEyALGOmás y recibe nuestras noticias en tu email.
Yo ❤ ARTE.

