
Frida Kahlo, el alma retratada en colores.
Frida Kahlo, la icónica artista mexicana que, seguro, la gran mayoría conoceréis, es una figura que ha dejado una profunda impresión en el mundo del arte y la cultura. Su obra, realmente, es un testimonio de su alma y su vida personal. Sus obras de arte forman parte de su mundo interior y, en ellas, expresó sus emociones y su identidad.
Frida Kahlo transformó su dolor en arte. Su obra gira, temáticamente, en su mayor parte, alrededor de su biografía marcada por el grave accidente de autobús que sufrió en su juventud y que la mantuvo en cama durante largos periodos de tiempo.
Llegó a someterse, hasta, a 32 operaciones quirúrgicas. Fue autora de 150 obras, principalmente autorretratos, en los que proyectó sus dificultades por sobrevivir.

La vida de Frida más allá de los pinceles.
Frida Kahlo nació el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, México. Fue la tercera hija del matrimonio formado por el fotógrafo alemán Guillermo Kahlo y la mexicana Matilde Calderón.
Desde una edad temprana, tuvo problemas de salud que la marcaron. Con seis años pasó por la polio. Pero el accidente que sufrió con 18 años, dejándola lesiones muy graves, la marcó de por vida.
Este evento cambió el curso de su vida y la llevó a la pintura. Desde pequeña, Frida Kahlo había mostrado un gran interés por el arte y la cultura mexicana.
La infancia de Frida, debido a sus problemas de movilidad, fue diferente al resto de las niñas y niños de su entorno, con los que no se relacionaba mucho. Por ello, las pinturas de Frida Kahlo siempre reflejarán la temática de la soledad de su infancia.

La obra presenta una imagen de una niña que seria la propia Frida ataviada con una máscara de calavera, propia de la celebración del Dia de los muertos. La pintura también se interpreta como un símbolo del tipo de vida de soledad que vivió Frida.
Frida Kahlo mantuvo una relación estrecha con su padre, sobre todo a raíz de la poliomielitis que sufrió, ya que era, éste el que la ayudaba con sus ejercicios. Además, ambos compartían un estado de salud delicado, debido a que el padre sufría desmayos provocados por ataques de epilepsia.
En 1922, Kahlo ingresó en la escuela Nacional de ciudad de México. Quería ser médico. En esta escuela se cruzó con un grupo de futuros intelectuales y artistas que formaban parte de los Cachuchas. Solo dos mujeres, Carmen Jaime, futura abogada y Frida estaban en él.
Se caracterizaban por usar gorras o cachuchas como signo de rebeldía contra el código de vestir del momento.

Frida comenzó a desafiar las convenciones de su tiempo, al unirse a este grupo que se consideraba rebelde y se autodefinía como un grupo político, crítico contra la autoridad, las injusticias y que pedía reformar el sistema escolar.
A comienzos de 1925, Frida trabaja como aprendiz en el taller de grabado e imprenta de Fernando Fernández Domínguez. Era amigo de su padre y había detectado habilidades para el arte en la joven. Durante el trabajo le enseña a dibujar copiando grabados del pintor impresionista, Anders Zorn.
El 17 de septiembre de 1925, acompañada del líder de los Cachuchas y su primer novio, Alejandro Gómez, sufre el fatídico accidente que cambia su vida.
Tras el accidente, que la obliga a moverse nada o poco, una actividad como la pintura, que no había sido del todo una actividad interesante para ella, cobra un lugar central en su vida.
La Catarsis a Través del Arte.
Durante su convalecencia, Frida comenzó a pintar autorretratos como una forma de expresar su sufrimiento físico y emocional. Estos autorretratos no eran simples representaciones de su apariencia, sino ventanas a su alma.

En ellos, Frida exploró la identidad, el sufrimiento y el dolor de una manera única y poderosa. Cada trazo de pincel y cada color utilizado revelan una parte de su historia personal y poniendo énfasis, incluso, en cómo a través del sufrimiento, se puede encontrar la belleza.
Durante su convalecencia, pintar fue una actividad reparadora para aliviar el dolor y la soledad.
En 1927 su pintura se volvió más compleja. Realiza un retrato de su amigo Miguel N. Lira, miembro del grupo de los Cachuchas, poeta y uno de los mejores amigos de la pintora.

Siguió pintando autorretratos. Este género fue la columna vertebral de su obra. Están llenos de un rico simbolismo que refleja las experiencias y emociones de su vida.
Pinto autorretratos porque a menudo estoy sola, porque soy la persona que mejor conozco
Frida Kahlo
El Amor y la Tormentosa Relación con Diego Rivera.
La vida amorosa marcó otro punto de inflexión en la vida de Kahlo. Diego Rivera era militante del Partido Comunista y Frida entró en contacto con él a través del periodista comunista cubano, Julio Antonio Mella y su pareja, la fotógrafa Tina Modotti.

La artista contrajo matrimonio con Diego Rivera en 1929. Su relación fue apasionada, pero llena de infidelidades y consistió en amor, aventuras con otras personas, vínculo creativo, odio y un divorcio al año siguiente y un segundo matrimonio después.
Las dos Fridas es una obra icónica dentro de su producción, que explora su relación con el muralista. En este cuadro, vemos dos Fridas: una con un vestido tradicional mexicano y la otra con un vestido estilo europeo.
Frida se inspiró en dos pinturas que vio a principios de año en el Louvre: las dos hermanas de Theodore Chassérieau y el anónimo Gabrielle d’Estrées y una de sus hermanas.

La pareja era comparada con la unión entre un elefante y una paloma, por la diferencia de tamaño entre ellos.
Los intentos de maternidad fallida también fueron un problema en la relación y la pintora tardó tiempo en aceptar no poder tener hijos.

Frida siempre se representó en escenarios marcados por su amplitud, áridos paisajes, habitaciones vacías. Los retratos más íntimos se llenaban de objetos simbólicos que rompieron tabúes, especialmente sobre el cuerpo y la sexualidad femenina. Pero siempre remarcaban la soledad que invadía el alma de la pintora.
Mito y leyenda de Frida Kahlo.
Frida Kahlo fue una pionera del arte mexicano y latinoamericano. Su obra ayudó a dar a conocer la cultura mexicana al mundo y a inspirar a generaciones de artistas posteriores. Su obra no se asocia al arte revolucionario, que tanto le gustaba, y que practicaba Diego Rivera. Más bien se trata de una obra arraigada al arte popular.
Frida Kahlo forjó su propio mito y leyenda a través de su personalidad y estilo de vida. Su persona es el personaje que aparece en la mayoría de su obra. Fue transgresora con los roles impuestos a su género, al ser una mujer independiente y autosuficiente.
Su estilo de vida, fumar puros, usar ropa masculina y tener relaciones extramaritales, la convirtió en una figura, no sólo, controvertida. También fascinante para generaciones posteriores.

Kahlo también fue una figura importante en el movimiento feminista. Su imagen de mujer fuerte e independiente la convirtió en un símbolo para las mujeres de todo el mundo.
La Casa Azul, donde Frida Kahlo nació y vivió, ahora es el Museo Frida Kahlo, que alberga una impresionante colección de sus obras y objetos personales.
Como protagonista, casi, absoluta de sus obras construyó un relato de contenido dramático, a través del cual se mostró en sus pinturas coexistiendo tanto, con la vida, como con la muerte. En La columna rota su cuerpo aparece cubierto de clavos.

El Legado de Frida Kahlo.
El legado de Frida Kahlo trasciende el ámbito del arte. Sus obras han inspirado a diseñadores de moda y cineastas, y su influencia sigue siendo evidente en la cultura contemporánea. Sus famosas cejas prominentes la han convertido en un ícono de la moda, y su vida ha sido retratada en películas.
Sin duda, ha sido la literatura el espacio donde la obra de Frida Kahlo ha tenido el mayor impacto, inspirando a escritores de variados géneros.
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