
Marruecos, un viaje de la mano del arte.
Cuenta una leyenda que Heracles o Hercules, héroe de la mitologia griega y semidios durmió en una cueva situada a catorce kilómetros de la ciudad de Tanger, al Norte de Marruecos tras separar los continentes de Africa y Europa y formar, así, el Estrecho de Gibraltar para seguir su viaje y cumplir una de las doce tareas que le habían sido encomendadas. Cerca de la cueva se encuentra una hendidura que según los habitantes del lugar es la huella del mismísimo héroe.
Llegan las vacaciones y los viajes a Marruecos se multiplican. Si eres uno de los afortunados, podrás visitar esta cueva mítica, entre otros muchos elementos de su cultura, porque, si algo tiene Marruecos es que es puro arte y un mosaico de color y tradiciones.
El silencio del lugar, aún junto a la ventana, la sorprendió. Se hubiera dicho que no había alma viviente en varias leguas a la redonda. El famoso silencio del Sahara.
El cielo protector. Paul Bowles
Marruecos es un país con una diversidad étnica y una rica herencia histórica y cultural. A través de los años, desde los fenicios hasta los judíos y árabes han pasado por sus caminos. Sin olvidar a romanos y bárbaros, todas estas civilizaciones han tenido un impacto en la estructura social y cultural de Marruecos. Hoy en día en un país donde conviven multiples religiones, desde el paganismo, judaísmo, cristianismo y el islam.

Cada país conforma su historia en base a los acontecimientos y hechos que le son intrínsecos. Marruecos ha tenido a lo largo de los años varias dinastias que lo han conformado como un país multicultural y en la actualidad cuenta con nueve bienes declarados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Cuando se produjo la independencia floreció la cultura autóctona y en el dia a dia, la música, de ritmos tradicionales y sonidos bereberes, es uno de los elementos más importantes de la cultura marroquí. Muchos son los grupos europeos que se han dejado influir por sus ritmos. The Rolling Stones visitaron Tánger en varias ocasiones entre 1967 y 1989 porque estaban interesados en la música bereber de las montañas del Rif, en concreto del pueblo de Jajouka, en el que existe una larga tradición musical.
La artesanía y la arquitectura son otros de los ejemplos donde se han inspirados artistas de todos los ámbitos para la creación de sus productos.

Las religiones han jugado un papel importante en el desarrollo del arte islámico, que a menudo se ha utilizado con fines sagrados. No sólo hablamos de la religión musulmana, que tuvo importancia a partir del SXIII, sino también de la influencia del animismo en todo el Magreb.
El animismo es un concepto que engloba diversas creencias en las que tanto objetos de uso cotidiano o los reservados para ocasiones especiales, como cualquier elemento del mundo natural están dotados de movimientos , vida y alma propia.
Y, aunque Marruecos no era originariamente un país musulmán, fue el Islam el que más ha influido en la vida y cultura marroquí.
El islam tiene como base espiritual el Corán, el libro sagrado que recoge la palabra de Allah que le fue revelada a Mahoma, el último mensajero del islam, a lo largo de su vida, a través de pequeños versículos.
El arte islámico se desarrolla bajo la influencia de la religión islámica. Tiene una cierta unidad estilística, debido al movimiento de artistas, comerciantes, mecenas y obreros por toda la zona geográfica del Islam. El empleo de una escritura común en todo el mundo islámico y el desarrollo de la caligrafía refuerzan esta idea de unidad.
La arquitectura es la disciplina mas desarrollada del arte islámico. Poco se sabe sobre ella antes de la dinastía Omeya. La Casa del Profeta en Medina es el primer y más importante de los edificios del arte islámico donde los musulmanes se reúnen para rezar.

La casa del Profeta tuvo una gran importancia para la arquitectura islámica posterior, ya que sentó las bases y el prototipo de diseño de la mezquita, formado por un patio con una sala de oración hipóstila. La Sala hipóstila es el reciento cubierto y sostenido por columnas que, a veces, son conocidos con el nombre de bosques de columnas, por la gran cantidad de ellas.

La Arquitectura adopta muchas formas diferentes en el mundo islámico que se establecen en base al uso del edificio. La mezquita es una de ellas, pero también la madraza y los lugares de retiro para la oración.
Las mezquitas son los edificios religiosos más importantes y en los que más tiempo y dinero se invierte, especialmente, en el diseño de los alminares.
Pero también podemos ver muchas madrasas o escuelas coránicas o mausoleos dedicados a grandes personajes.

La arquitectura militar tuvo un gran desarrollo en toda la cultura islámica y nos ha legado grandes construcciones como alcazabas o Qasbah.


Toda la arquitectura de Marruecos que sigue los preceptos del Islam es austera, sobria y simple, sin ostentación en la parte exterior. Sin embargo, los interiores pueden ser más ricos en cuanto a decoración y utilización de materiales. Por ellos, podemos ver techos y paredes recubiertos con azulejos o madera tallada.

La pintura y la escultura son dos corrientes poco desarrolladas en el arte islámico debido a la prohibición de realizar representaciones de figuras religiosas. La pintura islámica se utiliza más como elemento decorativo de los edificios y también destaca en la disciplina de la iluminación de los libros sagrados y profanos.
Sin embargo, si podemos decir, que los paisajes de Marruecos, han inspirado a numerosos grandes pintores extranjeros. Matisse o Francis Bacon elegían al país para pasar periodo largos como un destino exótico fuera de Europa.
Eugene Delacroix siempre soñó con ir a Oriente, influido por los poemas de Byron y por la belleza de sus tejidos. Pasó seis meses en el país pero el viaje lo recordó toda su vida. En 1832, Marruecos era el país más occidentalizado del mundo árabe pero mantenía su esencia cultural propia.

Delacroix convivió con las gentes de la ciudad, hablando y entrando en sus casas. Quería empaparse de su cultura y dejó rellenos varios cuadernos de viaje que le inspirarían cuando volviera a Francia. El pintor retrató el estrecho de Gibraltar, la medina de Tánger, los jardines y las calles. Su viaje inspiraria a numerosos artistas de su generación.
“Pensé que estaba soñando. Había deseado tantas veces ver Oriente que miraba con toda la fuerza de mis ojos y apenas podía creer lo que veía”, escribía el pintor en su diario.
Delacroix

Las llamadas artes menores, conocidas en Europa como artes decorativas han alcanzado en la cultura islámica un papel muy importante.
La artesanía es la disciplina artística más desarrollada en Marruecos y un elemento básico de su economía. La marroquinería es apreciada por los comerciantes de todo el mundo desde el siglo XVI y se mantiene como una herencia que los principales artesanos de la actualidad han recogido en la producción de alfombras, joyas y tallas de madera. Sus objetos sirven, hoy, para decorar los edificios y hogares occidentales.

Por lo tanto, si los artistas islámicos no se interesaron en la escultura por razones principalmente religiosas, nos han dejaron objetos de una maestría notable en las artes del metal, la cerámica, el cristal, y el cristal de roca.

Los motivos decorativos son muy numerosos en este arte y muy variados, desde los motivos geométricos hasta los arabescos. La caligrafía en las tierras del islam está considerada como un arte, incluso sagrado, debido a que las suras del Corán se consideran palabras divinas y que las representaciones de los seres vivos están excluidas de los libros y lugares religiosos.
El arte del libro incluye tanto la pintura, la encuadernación, la caligrafía y la iluminación. Es decir, arabescos y dibujos en los márgenes y en los títulos.

El arte islámico ha sido durante mucho tiempo conocido en Europa gracias a las numerosas importaciones de materiales preciosos como seda y cristal de roca que se hicieron en la época medieval. Muchos de estos objetos se han convertido en reliquias y se conservan actualmente en los tesoros de las iglesias del mundo occidental. Como sucede a menudo, las grandes colecciones de arte islámico están más bien en el mundo occidental, en el Museo del Louvre, Museo Metropolitano de Arte, Museo Británico y Victoria and Albert Museum en particular.
Allí, en el desierto, aún más que en el mar, tenía la impresión de que estaba sobre una gran mesa, de que el horizonte era el borde del espacio.
El cielo protector de Paul Bowles.
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