
Rafael Tegeo, el liberal olvidado y pintor romántico.
Rafael Tegeo (1798-1856) es una de las tantas figuras desvirtuadas del panorama de la pintura. Perteneció a una generación de artistas que la Historia del Arte ha invisibilizado, debido a su compleja posición a caballo entre dos mundos, el del Clasicismo académico y el Purismo romántico. Entre sus virtudes tampoco se hallaba la corrección política ni la habilidad social exigida en su época, por lo que no logró el reconocimiento que se había ganado. Destacó por la ejecución de retratos novedosos y modernos.
Los retratos de Rafael Tegeo se dejan ver, tímidamente, en alguna exposición, pero hasta que el Museo del Romanticismo en 2019, le dedicó una muestra, ninguna institución había descubierto la figura de Tegeo en profundidad.

El profesor Martín Páez afirma en su estudio que Rafael Tegeo, “fue un gran artista, con unos retratos excepcionales, porque nace en el neoclasicismo, una tendencia poco querida en España. Se puso de moda en Francia porque el mundo napoleónico plasmado por el artista David necesitaba de las grandes gestas del mundo clásico. Este movimiento, que trae a España Rafael de Madrazo, no tiene aquí gran éxito, por lo que Rafael Tegeo lo abandona pronto para hacerse romántico y crear los retratos más interesantes de su tiempo, es su género por excelencia”. “Rafael Tegeo. Del tema clásico al retrato romántico’. Martín Páez.
Rafael Tegeo nunca encajó en alguno de los moldes de la época, por lo que no ha sido muy representado en los libros de Historia del Arte.
Ya en 1919, Ignacio Zuloaga lo lamentaba: “No conocemos a nuestros artistas. Una historia de la pintura española durante el siglo XIX sería muy instructiva (…) Entonces se vería salir de la semioscuridad o de la oscuridad completa en que se tiene a una serie de artistas de cuyas obras no hemos sabido gustar”

Rafael Tegeo fue víctima, como lo han sido grandes artistas, durante los años siguientes a su muerte, de los prejuicios del gusto de historiadores del arte y coleccionistas, que relegaron su figura hasta caer en el olvido.
Su ideario político fiel al Liberalismo comprometió su nombre y su actividad creativa y le convirtió también en un ejemplo temprano de artista comprometido ideológicamente ante sus contemporáneos.
“Es muy buen artista, de una calidad muy superior a sus coetáneos…. pero nunca llegó a medrar en la corte por el tinte político al que nunca renunció. Ese compromiso fue más una mancha que le perjudicó con la aristocracia”
Carlos García Navarro, especialista en pintura del siglo xix. museo del prado
Su carácter tampoco le ayudó. Era un hombre autosuficiente y con una escasa habilidad social para participar de las intrigas y cotilleos de la Corte. Asunción Cardona, comisaria de la exposición del Museo del Romanticismo, escribió en el catálogo, que Tegeo era un hombre de origen humildísimo, “hecho a sí mismo a través exclusivamente de su esfuerzo, su tesón y pundonor”.
Sin la corrección política ni la habilidad social, que requería el entorno del momento, Rafael Tegeo tuvo pocas posibilidades para lograr el reconocimiento que merecía.
Rafael Tegeo fue un pintor español a caballo entre la tradición neoclásica y la nueva corriente romántica. Comenzó su carrera pública dedicado a la pintura religiosa.

Si su obra rompió con muchas convenciones, su vida también. Se formó en Roma cuando hacerlo no era frecuente entre los artistas españoles y con sus propios medios económicos. Allí, sí conoció, sin embargo, un ambiente internacional, además del arte del Quattrocento, el Cinquecento y la estatuaria clásica.
Desde Italia envió obras inspiradas en la Historia Sagrada. A su vuelta presentó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando otras obras religiosas para afianzarse como artista.

Fue reconocido como un pintor de Historia y su prestigio fue consolidándose a través de la pintura religiosa y creador de imágenes mitológicas.

El retrato, sin embargo, fue el género que más fama y dinero aportó al pintor a lo largo de su vida. Sus mejores retratos pueden competir, incluso, con los de Madrazo.
Tegeo fue uno de los retratistas de mayor fama en la creciente sociedad burguesa del romanticismo español. Con una concepción capaz de integrar la tradición dieciochesca, sus retratos al aire libre fueron de los más apreciados, conjugando en ellos una profunda atención a la dimensión psicológica de los modelos.

Se tratan los paisajes de forma meticulosa, los rostros son expresivos, dando lugar a retratos modernos. Una modernidad que se refleja en los detalles.

Pero su personalidad luchadora no aceptaba los límites impuestos por los géneros artísticos y decidió dedicar igual interés, en sus creaciones, a todos los elementos que incluía en ellos: desde las escenas de costumbres, al paisaje y a las vistas urbanas, así como a la escultura, que le servía de inspiración.
Su atención por el naturalismo en los fondos de los retratados siempre fue lo más aplaudido de su trabajo.
Priorizó el dibujo y los tonos fríos para acompañar el carácter de sus austeros retratados de la burguesía liberal.
Los retratos de Rafael Tegeo demuestran su interés por hacer estallar el canon en mil pedazos, mezclando géneros (como el retrato con el paisaje) o rescatando a pintores menos famosos como Bronzino.

Los retratos y los cuadros, en general, de Rafael Tegeo, con su precisión, permiten realizar un estudio de las modas en el vestir y en el arreglarse de la España del XIX. Incluso en algunos de sus retratos conviven personajes neoclásicos con otros ya plenamente románticos.

Trabajaba con una clientela estable, que le permitió una cierta libertad con respecto a las grandes instituciones, de las que consiguió mantenerse más independiente. Su clientela siempre demostró su afinidad con las ideas liberales de progreso y modernidad, que Tegeo manifestaba públicamente y que le llevaron a ocupar el cargo de concejal del Ayuntamiento de Madrid por un tiempo.
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Eran liberales, como él. Una nueva clase emergente contra el régimen absolutista de Fernando VII. Tegeo quedó marcado para siempre en su determinación contra el régimen del rey.

Rafael Tegeo fue un amante de la igualdad, de la libertad y la Constitución que acababa de echar a andar. Pero también fue uno de los primeros artistas censurados por ello. Los retratos mas interesante del pintor son los de esa burguesía rebelde que quiere hacerse con el poder político del país, porque rompen con el aparato del género.
Famoso en su tiempo, Tegeo fue la víctima perfecta, durante los años siguientes, de los prejuicios del
gusto de historiadores del arte y coleccionistas, que relegaron su figura hasta caer en el olvido. La directora del Museo del Romanticismo cuenta en su investigación que no pudo superar lo que él juzgaba una insuficiente consideración de su obra. Lo vivió como una afrenta personal. “El desengaño mermó su salud hasta provocarle la muerte”, a los 56 años, cuenta Cardona.
“A Tegeo habría que definirlo como un gran retratista, y los retratos son su obra más valiosa, puesto que fue realizada en su época de máxima madurez. Sin duda, son retratos llenos de emoción y vivacidad psicológica».
martin paez.
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