Street Art y Nueva York, una historia de amor.

Nueva York, apodada la ciudad que nunca duerme y el Street Art comparten una fina frontera y una larga relación de amistad. Como dijo el escritor y periodista americano, Tom Wolfe, refiriéndose a la ciudad, «la cultura parece simplemente estar en el aire, como una parte del clima».

El Bronx, uno de los municipios de la ciudad, ha tenido una gran influencia en la cultura urbana de Estados Unidos. Un barrio donde han crecido principales figuras del movimiento musical hip hop, unido estrechamente al movimiento del graffiti y street art.

Si viajáis a Nueva York y os gusta el street art, una de las experiencias más gratificantes será hacer un Tour por Nueva York y visitar el Graffiti Universe , donde podréis ver una de las obras más icónicas de este movimiento artístico: el graffiti dedicado a Big Pun, el artista rapero que surgió a finales de los 90 de la escena underground en el Bronx.

El Street Art también llamado arte callejero no es una práctica contemporánea. Podemos, incluso, remontarnos al inicio de la capacidad del hombre para pintar en las paredes de una cueva, para encontrar sus orígenes. Pintar sobre paredes era una constante del arte rupestre y pintar sobre muros de edificios y calles se mantuvo durante el Imperio Romano, La edad Media e incluso el Renacimiento.

Durante la época romántica, algunos personajes destacados tenían la costumbre de grabar sus nombres durante sus viajes en los monumentos que visitaban. Firmas de Lord Byron aparecen grabadas en monumentos de Europa.

El personaje más destacado de esta época fue el austrohúngaro Kyselak (1799 – 1831), que «taggeo» su nombre a lo largo y ancho del continente en los lugares más insospechados.

Pero, el recorrido de esta forma de expresión artística, ha sido larga para llegar a nuestros días.

Desde mediados de los años 1990 el término street art o, de forma más específica, Post-Graffiti se utiliza para describir el trabajo de un conjunto heterogéneo de artistas que han desarrollado un modo de expresión artística en las calles mediante el uso de diversas técnicas como plantillas, pósteres, pegatinas, murales, haciendo referencia a todo el arte de la calle.

En 1830, los trabajadores del ferrocarril de EE.UU estampaban su firma en los vagones que construían. La costumbre fue copiada por los polizones que se colaban de forma ilegal en los vagones.

Más tarde, en mitad del horror de la segunda guerra Mundial comenzó a aparecer una marca en los muros derribados, en las señales de tráfico e incluso en las cajas de municiones aliadas. La marca incluía el texto «Kilroy estuvo aquí». Al texto le acompañaba un simpático dibujo que ilustraba la cabeza de una persona asomando la nariz a través de una tapia y que miraba al observador con sus ojitos diminutos.

Allí dónde llegaban las tropas aliadas, Kilroy estaba. El misterio se desentrañó cuando se supo que el famoso Kilroy era el trabajador de una fábrica que construía material y armamento para la guerra en una empresa americana.

El trabajador comenzó a plasmar su firma en todas las placas, bombas, aviones etc que pasaban por sus manos a modo de «check» y comprobación de que estaban correctas. El grafiti de Kilroy fue muy popular entre los soldados aliados que difundían el dibujo por donde avanzaban.

Sin embargo, el Street Art como movimiento empezó en Filadelfia, Estados Unidos, en los sesenta.

Darryl McCray, un chico afroamericano, se convertiría en CORNBREAD. La historia cuenta que se enamoró de una chica llamada Cynthia y que comenzó a escribir por todo el norte de Filadelfia el tag «Cornbread ama a Cynthia» .

Después, el tag de CORNBREAD, evolucionó de ser una forma de conseguir la atención de una chica a una forma de conseguir la atención del mundo. CORNBREAD fue el primero en empezar a taggear o etiquetar en las paredes fuera de un contexto de bandas urbanas.

Es decir, no dejaban su marca para establecer un territorio sino para ser reconocido y hacer saber que toda Filadelfia era su territorio expresivo. CORNBREAD fue el primero en utilizar el aerosol a nivel de persona a modo desafiante. Es considerado el primer artista de graffiti moderno del mundo.

Filadelfia fue mi lienzo, el grafiti fue mi arte.

CORNBREAD

La gran expansión del graffiti se produjo en los años 70 en el metro de Nueva York. En esta década la ciudad pasaba por una época complicada, con índices de criminalidad disparados. La ciudad que nunca duerme era un lugar oscuro y decadente. Incluso en 1977 vivió un apagón y el presidente de Estados Unidos llegó a pedir que «muriera la ciudad». 

Muchos jovenes vieron la salida a través de las drogas pero hubo otros que decidieron firmar las paredes con sus apodos. Dimitraki, apodado Taki 183, fue uno de ellos. En su camino a la escuela de secundaria y emulando las tácticas de los carteles electorales, escribió TAKI 183 en las estaciones de metro y en cualquier otro lugar que creía que era un buen lugar. Así surgió el el fenómeno del tagging.

En el Bronx, los jóvenes empezaron a rayar los muros de las estaciones de metro con todo tipo de imágenes. El boom de esta manifestación empezó a conocerse como graffiti y nació estrechamente relacionada con el nacimiento de géneros musicales de protesta social como el rap, el hip hop y el breakdance.

En los años 80 el movimiento cuenta con artistas como Keith Haring, que comenzó a hacer graffitis, dibujando con rotulador imágenes sobre anuncios en el metro de Nueva York, por lo que fue detenido varias veces.

Jean-Michel Basquiat, conocido como SAMO comenzó su carrera artística en las calles. SAMO era una firma recurrente, sigla de SAMe Old shit, es decir, «la misma mierda de siempre» o «la misma porquería», que comenzaría a aparecer hacia 1977.

Durante los ochenta, las autoridades de la ciudad de Nueva York le declararon la guerra a toda expresión artística pintada en la calle y en los vagones del metro. Los graffiteros fueron reprimidos y se invirtió una gran cantidad de dinero en limpiar cualquier expresión de graffiti.

Esta represión facilitó la expansión del movimiento del street art de Nueva York al resto del mundo. París, Berlín y Londres son los nuevos protagonistas. En Inglaterra, después de pasar por varias ciudades, alcanzo su cenit en Bristol, donde Banksy, un famoso artista anónimo y hoy, famoso, empezó su carrera.

Sin embargo, será a mediados de los años 1990, con la aparición de artistas de la talla del americano Shepard Fairey y su campaña «Obey» Obedece al gigante, ideada a partir de la imagen del luchador estadounidense Andre The Giant y llevada a cabo mediante el uso de pósteres y plantillas que el street art llega a otro nivel.

El cartel de Shepard Fairey se convirtió en un símbolo del totalitarismo cultural en las que reflexiona sobre los mecanismos de control de masas ejercidos por los poderes fácticos de la sociedad.

En ese momento también se empezó a diferenciar entre graffiti y Street Art. Mientras que el primero es considerado una intervención rápida con pintura de aerosol, el segundo es una intervención de un espacio urbano en la que se utiliza una técnica y materiales más profesionales. De hecho, hoy el arte callejero ha transcendido los muros al aire libre por las paredes en museos y galerías.

El arte callejero siempre ha sido una expresión estética con un tinte político y social. Muchas veces ha sido tachado de vandalismo e ilegal. Esto se debe a que, a menudo, los artistas intervienes fachadas o señales públicas para hacer llegar su mensaje.

En la actualidad el street art sigue siendo una plataforma para que los artistas encuentren su propia voz, pero se ha convertido en un medio, incluso, utilizado por la publicidad para promocionarse.

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