Baño turco, el sensual baño de las odaliscas de Ingres.
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Baño turco, el sensual baño de las odaliscas de Ingres.

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El baño turco es un cuadro del pintor Dominique Ingres, ni estrictamente neoclásico o romántico, sino un ardiente defensor del dibujo. Desde muy joven demostró una gran aptitud para la pintura. Decidió ser pintor de historia que, en su época, bajo Luis XIV y hasta bien entrado el siglo XIX, se consideraba el más alto nivel de pintura.

Admirador del gran Rafael, no quería hacer simplemente retratos y escenas de la vida cotidiana, sino representar a los héroes de la religión, la historia y la mitología, idealizarlos y mostrarlos de manera que explicaran sus acciones. Otro de los géneros que trabajó en su pintura fueron los desnudos femeninos, de líneas sinuosas, dibujo exacto y pureza de formas. En este género se encuadra Baño Turco, la obra más erótica de todas sus escenas de desnudos femeninos.

Baño turco, el sensual baño de las odaliscas de Ingres.
Baño turco. Ingres

La pintó al final de su carrera y vida. Es ya un anciano el que firma el cuadro en 1862 y, con una cierta malicia, inscribe la obra con la firma de AETATIS LXXXII (‘a la edad de ochenta y dos años’). Algunos años después, en 1867, Ingres declara con respecto a la obra que la realiza con «todo el fuego de un hombre de treinta años».

Este cuadro combina, así, dos temas que Ingres siempre quiso mostrar, durante más de cincuenta años: el desnudo y Oriente.

El término «Orientalismo» es ampliamente utilizado en arte para referirse a las obras de los muchos artistas occidentales del siglo XIX , que se especializaron en temas «orientales», a menudo basándose en sus viajes a Asia Occidental.

A diferencia de Delacroix que visitó un harén en Argelia, Ingres no viajará jamás a África o al Oriente Medio. Las mujeres que él pinta tienen un color de piel más europeo que oriental. El tema oriental fue para él, ante todo, un pretexto para pintar el desnudo femenino en una pose sensual.

Baño turco, el sensual baño de las odaliscas de Ingres.

Baño Turco representa un grupo de mujeres desnudas en un harén. El erotismo y sensualidad del cuadro es suave y no provocó el escandalo, en su época, que si hicieron, obras como Desayuno sobre la hierba de Manet o El Origen del mundo de Coubert.

En la obra combina la figura del desnudo con el tema orientalista, tan del gusto de los pintores de la época. Para realizar la obra se inspira en las cartas que Lady Montagu escribe y en las cuales relata la visita que hace a unos baños de mujeres en Estambul a principios del siglo XVIII. El pasaje queda reflejado en su libro Lettres D’ Orient en el capítulo Descripción del baño de las mujeres de Andrinopla.

Estas cartas se reeditaron en Francia entre 1763 y 1857 en ocho ocasiones, lo que alimentó la fiebre orientalista. 

Yo creo que había unas doscientas mujeresBellas mujeres desnudas en poses diversas…unas conversando entre sí, otras dedicadas a su labor, otras bebiendo café o degustando un helado, y muchas tendidas indolentemente, mientras sus esclavas (en general encantadoras jóvenes de diecisiete o dieciocho años) se dedicaban a peinar sus cabellos a su capricho.

Lady mongau
Baño turco, el sensual baño de las odaliscas de Ingres.
Baño turco. Detalle. Ingres

Para realizar la obra, Ingres tomó prestadas figuras de algunas de sus otras pinturas anteriores ya que no utiliza modelos reales. Baño Turco está llena de motivos arabescos y entre sus figuras se puede ver una copia de La Bañista de Valpicón y la Odalisca, que pintó solas sobre un diván o un estaque.

La Bañista de Valpicon. Ingres

Igualmente, la odalisca con los brazos levantados que se ve en primer plano, fue producto de un croquis que hizo el pintor en 1818 y que representaba a su mujer, Madeleine. La espalda de esta mujer de los brazos levantados, es más larga de lo normal, incoherencia anatómica del artista que utilizaba con frecuencia y de manera absolutamente consciente, sacrificando la verosimilitud por el efecto, para mostrar su ideal de belleza femenino.

La gran Odalisca. 1814. Ingres. Obra que le servirá de inspiración para el Baño Turco.

Los demás cuerpos están colocados en diferentes planos y hay que destacar la osadía de Ingres al representar en este cuadro una escena de dos mujeres haciéndose caricias.

Baño turco, el sensual baño de las odaliscas de Ingres.

Originalmente, la obra estaba realizada en formato rectangular. Pero, posteriormente, el pintor le da la forma de tondo o medallón, en el año 1863, acentuando el carácter de «voyeur» de la mirada que lo contempla y que parece espiar a través del ojo de una cerradura a las mujeres que están dentro.

Baño Turco fue un encargo hecho alrededor de 1848 por un pariente de Napoleón III, o del propio príncipe Napoleón, según la página web del Museo del Louvre. Parece que, poco después de ser comprado, se lo devolvió al pintor, porque, su mujer, la emperatriz Eugenia no lo encontraba muy conveniente.

Ingres siguió trabajando en la obra hasta 1863, incluso aunque él mismo la dató en 1862.

En 1865 lo adquirió Halil Serif Pascha un diplomático turco que vivía en París, incorporándolo a su colección de cuadros eróticos, entre los que se hallaba El origen del mundo, de Gustave Courbet. A finales del siglo XIX unos mecenas quisieron regalar El baño turco al Museo del Louvre, pero el consejo del museo lo rechazó en dos ocasiones.

Sólo se reveló al gran público en 1905, con ocasión de la retrospectiva de Ingres en el Salón de Otoño, donde entusiasmó a pintores de vanguardia como Picasso.

Baño turco, el sensual baño de las odaliscas de Ingres.

Después de que lo intentaran comprar los coleccionistas nacionales de los museos de Múnich, el Louvre lo aceptó en sus colecciones en 1911.

Ingres influyó en varios artistas posteriores. Uno de los más destacados fue Picasso. Incluso se habla de un periodo “ingresco” del pintor malagueño. Esta influencia la podemos ver en obras como Olga en el sillón (1917) o en el retrato de Max Jacob, de 1917. Pero aunque el periodo ingresco de Picasso terminó a mediados de los años veinte, la influencia perduró.

Olga en el sillón. 1917

En abril de 1904, el joven Picasso de 23 años visitó Montauban. Allí conoció el museo dedicado a Ingres. En una muestra sobre el artista en 1905 conoce, entre otras obras, El baño turco, quedando impresionado por las innovaciones del pintor neoclásico, que, ya, alteraba las reglas de la anatomía femenina.

Cuando Picasso visitó esta muestra estaba en su periodo azul y la figura de Ingres le condicionó en dos ámbitos: el desnudo y el retrato. Este redescubrimiento de Ingres en el siglo XX, no sólo afectará a Picasso. Ingres, considerado tradicionalmente como un artista académico y conservador, es ahora redescubierto por estos pintores, reparando en sus distorsiones anatómicas y en la organización espacial de sus obras.

«los estudios de los pintores cubistas albergaron junto con las máscaras africanas, obras de El Greco, Cézanne o Seurat, las imágenes de La gran odalisca y El baño turco.

André Salmon, poeta y crítico de arte

Durante mucho tiempo Baño Turco perteneció a colecciones privadas y no se exhibió de manera continuada hasta el siglo XX. Actualmente se encuentra en el Museo del Louvre de París, Francia, donde se exhibe con el título de Le Bain turc. Está considerada como la obra maestra de los últimos años de Ingres.

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