Los nuevos mecenas del Arte en la era de Internet.

¿Os imagináis que Miguel Angel, Leonardo Da Vinci y Rafael hubieran vivido en la era de Internet con todas las nuevas tecnologías a su alcance? Seguramente el conocimiento de su obra hubiera llegado a todos los confines del mundo en poco tiempo. Y muchos coleccionistas tendrían obras originales de ellos colgadas en las paredes de sus casas. Internet y las diversas herramientas que pone a disposición de todos, se han convertido en los nuevos mecenas del arte.

La facilidad que Internet ofrece a los artistas actuales para darse a conocer y promocionar su obra, no la tuvieron los artistas de antaño que utilizaron otras técnicas para dar a conocer su talento. Tampoco lo tuvieron fácil los coleccionistas privados de arte, que tuvieron que esperar al S.XIX para poder comprar obras de los artistas del momento.

Actualmente, por suerte para todos, artistas y coleccionistas, Internet ha facilitado que ambos puedan ponerse en contacto de forma fácil y sencilla.

Si eres artista, cada vez hay más plataformas que te permiten ofrecer tus obras y vender arte online, sin pasar por exponer en una galería o en un museo, donde llega una parte ínfima de todo el talento artístico existente.

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Si eres coleccionista o quieres iniciarte en el mundo del arte podrás acceder a plataformas especializadas donde grandes artistas exponen y venden arte online.

Una vez encontrada la obra es muy importante que la transacción se haga de forma segura. Y, para que comprar o vender arte online de forma segura lo mejor es utilizar plataformas con sistemas de envío y pago seguro, como Beseif.

Pero volvamos al pasado.

La figura del mecenas ha estado casi siempre presente  en el mundo del arte. En el siglo XV, cuando los Visconti y los Sforza gobernaban en Milán, atrajeron a muchos artistas y literatos. Entre ellos estaba Leonardo da Vinci.

Durante la época del Renacimiento surgió una nueva concepción del hombre y el mundo, un movimiento cultural humanista que se extendió por toda la Europa Occidental entre los siglos XV y XVI. La parte más importante del esplendor cultural de esta época se debió a la existencia de personas ricas que invertían parte de su riqueza en arte. Se trataba de los mecenas del arte.

Este movimiento cultural estuvo impulsado por una nueva clase social que se había enriquecido gracias al desarrollo del comercio. La burguesía facilitó el desarrollo de la vida en las ciudades, a la vez que se convertían en una clase culta  que se interesaba por el arte y la cultura. Adoptaron el papel de mecenas y se convirtieron en los principales coleccionistas de arte del momento.

Italia se convirtió en el gran centro del movimiento renacentista. Familias italianas, ricas e influyentes, como los Medici, los D’Este, los Sforza y los Gonzaga se convirtieron en grandes mecenas del arte. El mecenazgo facilitó el comienzo del coleccionismo, ya que los mecenas adquirían obras para sus colecciones privadas.

Michelangelo Buonarroti, Miguel Angel, fue un arquitecto, escultor y pintor italiano renacentista, que gozó de la atención de grandes mecenas del arte.

Desarrolló su labor artística a lo largo de más de setenta años entre Florencia y Roma, gracias al mecenazgo de los Medici y los diferentes Papas romanos.  Sus primeras obras artísticas despertaron la admiración de Lorenzo el Magnífico, que lo acogió en su Palacio donde estableció contacto con otros humanistas.

Bajo el mecenzago del Papa Julio II, en mayo de 1508, aceptó dirigir la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina, que terminó tras cuatro años de trabajo solitario y duro.

Raffaello Sanzio  fue otro pintor y arquitecto italiano que trabajó para algunos de los mecenas del arte más importantes de su tiempo.

El padre de Rafael, Giovanni Santi, también fue pintor de la corte de los Montefeltro, en Urbino. Giovanni Santi gozaba de buena reputación en la corte y esto facilitó que su hijo, Rafael, fuera bien recibido en la corte.

Rafael pintó sus obras más conocidas bajo el mecenazgo de dos papas de Roma: Julio II y León X.

La familia Sforza comandada por Ludovico Sforza el Moro, fueron los mecenas de Leonardo da Vinci, para los que trabajó durante 16 años. Después ofrecería su trabajo artístico a Cesar Borgia y en sus últimos años a Francisco I de Francia.

A pesar de que los artistas eran los ejecutores de la obra, la libertad de creación del artista se limita bajo los deseos de los mecenas. No lograban la autonomía total, porque dependían de las demandas del rey, la iglesia y la burguesía.

Esto comenzaría a cambiar a finales del siglo XVII, cuando se forman los salones. Tras el nacimiento de estos salones, los artistas intentan conseguir la atención del público general con obras originales, dejando de lado las demandas de la aristocracia y los clientes particulares. El artista quiere conseguir la autonomía que los mecenas les negaban.

En el siglo XVIII nacen los primeros museos, que se extienden a lo largo del S.XIX. Estos primeros museos suelen estar formados por las colecciones que los mecenas, los reyes y la Iglesia habían adquirido a lo largo de los años. En el siglo XX, por suerte, el arte ya deja de ser un lujo para unos pocos y se consigue la democratización del arte.

La Edad Contemporánea significó una transformación radical de la relación entre público y artista. Internet ha modificado la forma en la que el arte llega a la sociedad. El arte se nutre y asienta en las plataformas y redes sociales.

Y aunque hay, cada vez, mas público que se interesa por el arte, el contacto con las obras y los artistas del presente sigue siendo minoritario. Con internet hemos asistido a grandes cambios en los mecanismos de creación y distribución del arte. Por un lado, podemos estar al corriente de todo lo que sucede en el mundo, incluido el arte; y por otro, podemos adquirir arte online de cualquier país o artista.

Internet está modificando el mundo del arte actual para hacerlo más asequible a todos. No hace falta disponer de mucho dinero, ni ser experto en arte. Toda colección comienza por un sencillo paso que es ver la belleza de los objetos y querer tenerlos cerca.

Gracias a las plataformas donde los artistas de hoy pueden exponer sus obras, accedemos a un mercado de arte muy asequible a todos. Pero, ya sabéis, siempre de forma segura!

«Los coleccionistas se crean un mundo. Se crean un pequeño mundo, eligen ciertos símbolos del mundo real y los convierten en habitantes de su mundo particular. 

«Las Marismas» (2000), Arnaldur Indridason

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